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viernes, 21 de septiembre de 2012

Escudo de la Universidad Católica de Córdoba

Esta entrada se enlaza caprichosamente con las dos entradas precedentes, por la presencia de un pelícano también en el escudo que veremos hoy. Se trata del escudo de la Universidad Católica de Córdoba,  que fue  creado por el profesor Carlos Luque Columbres.



Es "el símbolo o marca principal de representación de la Universidad", según los datos que hemos recogido en un sitio web de la Pontificia Universidad Javeriana.




La explicación de su significado, realizada por su autor y publicada -siempre según aquel sitio web- en el Diario “Los Principios” de Córdoba del 8 de junio de 1981,  que transcribimos en forma textual del mencionado sitio web, es la que sigue:


“Escudo ovalado, cortado: 1) De oro, con un pelícano de su color que se hiere el pecho, del que caen gotas de sangre que beben sus tres hijos pequeños. 2) De azur, con siete estrellas de plata de cinco rayos. El todo sobre una cartela de pergamino, en cuya parte superior figura, a manera de timbre, el nombre de Jesús –JHS- y en su parte inferior la divisa “Veritas Liberavit vos” (La verdad los hará libres, Evangelio de S. Juan: 8, 32).

El pelícano es el símbolo de Nuestro Señor Jesucristo, de la Redención Cristiana, de la Doctrina Eucarística y del Sacrificio. Tiene su origen en una leyenda muy generalizada en la Edad Media, según la cual, al acariciar la madre a sus polluelos les hiere los costados y éstos se desangran y mueren. Después de tres días llega el padre, y al encontrarlos muertos, se abre el pecho con su pico, se pone encima de las heridas de los muertos y su sangre, al penetrar en ellas, les da de nuevo vida.

La estrella significa luz, verdad, grandeza, prudencia, paz y felicidad. Su número de siete representa los siete dones, del Espíritu Santo: sabiduría, entendimiento, consejo, fortaleza, ciencia, piedad, y temor a Dios. Los cinco rayos de cada una simbolizan las cinco letras del nombre de María. El otro es justicia, nobleza, generosidad, soberanía, prosperidad y poder y constancia. Dicen los antiguos autores que los que traen ese metal en sus armas están obligados a amparar a los pobres y a defender a sus príncipes hasta derramar la última gota de sangre”.

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